hinchazón abdominal: qué es y cómo mejorarla a través de la alimentación

La alimentación es clave para la hinchazón abdominal. Y es que la frase de “somos lo que comemos” no podría tener más sentido cuando se trata de un problema inflamatorio. Para esta cuestión, lo ideal es apostar por una alimentación que tenga una fácil digestión y que no sea irritante para procurar recuperar el intestino.

¿Qué es la hinchazón abdonimal?

La hinchazón abdominal se trata de la inflamación de barriga que se produce en muchas personas después de comer. La principal causa es la deglución de aire, es decir, al comer muy rápido, sin masticar demasiado los alimentos, se coge mucho aire y el vientre se hincha. Además, también puede deberse a los alimentos ingeridos, normalmente cuando son muy grasos o contienen muchos azúcares. También puede deberse a un problema más grave que, en ese caso, debes consultar con tu médico. La hinchazón abdominal suele ir acompañada de gases, dolor de barriga, acidez, indigestión e, incluso, puede derivar en una diarrea.

¿Qué alimentos hay que incluir cuando se padece de hinchazón abdominal?

Una dieta para reducir la hinchazón abdominal consta de verduras cocidas, carnes bajas en grasas, frutas sin cáscaras y cereales como la avena. Es muy importante no ingerir azucares refinadas, comidas ultraprocesadas, grasas saturadas, frituras, refrescos con gas y, en definitiva, alimentos muy grasos. Lo ideal es cocinar los alimentos al vapor, al papillote o a la plancha para evitar problemas intestinales que puedan derivar en gases, cólicos o diarreas.

Lista de ingredientes recomendables

En términos generales, se recomienda ingerir los siguientes alimentos para reducir la hinchazón abdominal:

  • Pescado: emperador, merluza o atún.
  • Carnes: pavo y pollo.
  • Verduras: calabacín, zanahoria, pimiento, espinacas o tomates, entre otros.
  • Huevos en tortilla francesa.
  • Cereales: avena, quinoa o arroz.
  • Frutas: arándanos, cerezas, fresas, piña, plátano.
  • Bebidas: se recomiendan las vegetales de coco, arroz, avena o almendras, además de infusiones como la manzanilla.
  • Frutos secos: nueces, avellanas o almendras.

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